En
aquellos viejos tiempos,además de los mortales de la Tierra,
existían unos cuantos dioses-río, fuertes, con cuernos de buey y
conocidos con el nombre de su río en particular. También había
docenas de náyades inmortales, a cargo de la fuentes y de los
manantiales. Estos dioses-ríos y náyades rendían pleitesía a
Poseidón, igual que las sirenas y las nereidas de agua salada. Pero
las hamadríades, y todas las demás ninfas de nombres diversos,
estaban a las órdenes de Pan, el dios del campo.
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